2012/01/22

Pequeño Dictador





Un día como hoy pero de hace muchos años nació en un pueblito bien chiquito el héroe de esta fábula, Pequeño Dictador. Desde recién nacido Pequeño mostraba una afinidad política clara aun cuando no tenia la suficiente capacidad de entender su filosofía ni su ideología. Nunca mamó de la teta izquierda, ni siquiera aceptaba leche que salía de ella en un biberón. A la hora de darle pecho, con su manilla de bebé apartaba la teta izquierda y saciaba su hambre únicamente con leche de la teta derecha. Su pobre madre se preocupó, naturalmente, pero su padre defendió la preferencia del niño – Yo era igual de bebé. Pero mi madre me obligo a mamar de la teta izquierda y ya vez que hasta la fecha no le hablo bien desde que nos casamos. La madre de Pequeño, con más o menos renuencia, aceptó la extrañeza del asunto y prefirió sufrir en silencio que arriesgar la relación con su hijo.
Esta no era la única actitud curiosa de Pequeño Dictador. Siempre dormía del lado derecho de la cama, sin importar que tan chico o grande fuera el colchón. Más grandecito él mismo aclaró que así se aseguraba de empezar el día con el pié derecho. Ni siquiera es una opción dormir al centro de la cama. Lo más impresionante, cuenta una tía de él, es que a pesar de en su sueños se retuerce como lombriz, nunca se pasó del lado izquierdo del colchón. Lo que a la fecha es desconocido es cómo se las arregla para dormir con su esposa, se rumora que tiene un bordecito al centro del colchón para que su mujer no se ruede por accidente del lado izquierdo.
En la primaria, y durante toda su educación, su aversión a todo lo que no fuera derecha se hizo más que evidente. Siempre hizo fila en el lado derecho, siempre se sentó al extremo derecho del salón de clases. Más tardaba una maestra en acomodar alfabéticamente, por estaturas o por cualquier otro método que en lo que Pequeño ya estaba sentado pegado a la pared o ventana, a según de la orientación del salón, siempre a la extrema derecha. Cuando empezó a escribir, cómo era de esperar, sólo lo hacia del la página derecha. Hasta que un día una maestra de esas amargadas se le acabó la paciencia y veía con horror cómo la mitad de las libretas se desperdiciaba sin usar. La maestra le explicó que el desperdicio de media libreta era algo que estaba mal a los ojos de dios. Tomó una libreta a medio llenar, la volteó de cabeza y santa solución, Pequeño ahora podía llenar la libreta de notas sin escribir nunca del lado izquierdo. Esa solución duró hasta que Pequeño empezó a cursar la universidad. No llevaba ni dos clases cuando se rebeló contra la maestra de primaria y decidió que sólo iba a escribir de lado derecho de cada hoja, conservando el modo de que al terminar la mitad de una libreta, la volteaba y comenzaba a llenar la otra mitad. Esta revelación le causo tal satisfacción y euforia que le hizo temblar todo su ser y hasta un le causó una excitación sexual sin precedente. Ese día al regresar de la universidad y llegando a su casa se tomo un baño de agua helada y salió corriendo a confesarse.
Y ya tocando el tema religioso, la familia Dictador siempre fue, en voz de sus amigos, mochos. En voz de sus parientes, muy creyentes. En voz de su párroco, siempre fieles. En voz de su congregación, lamecuras. En voz de extraños, persignados. En voz de sus enemigos, cristeros. Desde el nacimiento de Pequeño la familia empezó a sentarse exclusivamente del lado derecho de la iglesia. Antes de que él llegara a la familia, los Dictador eran como cualquiera otra y siempre intentaban sentarse lo más cerca posible del altar. El padre de Pequeño vio cómo un mensaje divino las bizarras mañas del querubín de la familia. Una clara indicación del destino manifiesto de Pequeño. Don Dictador sintió que era su deber complementar el camino divino, a sus ojos de padre, y enfoco el grueso de sus esfuerzos y recursos para que Pequeño tuviera una educación, formación y oportunidades que sus hermanos y hermanas no tendrían.
Hijo, venga acá. Tengo algo que contarle de su familia.
Si, mande usted papá.
Tu sabes que lo más importante en la vida de un hombre, cómo en él que te estas convirtiendo, es su familia.
No sabía, papá. Yo siempre pensé que era el partido.
Pues ahora ya lo sabes. Tú como hombre de bien siempre tienes que buscar el bienestar para tu familia. Cómo familia me refiero a madre, padre, hijos, hermanos, abuelos y nietos. Nada más. Y eso te va a forzar a tomar decisiones muy difíciles en el futuro. Pero siempre deberás tener la confianza y aplomo moral de lo que hagas es desinteresadamente por el bienestar de tu familia. El sacrificio de otros es irrelevante para dar gloria a dios, bienestar a tu familia, victoria al partido y grandeza a la madre patria. En ese orden.
¿Cuál es la madre patria, papá?
Este extracto del diario de Don Dictador muestra cómo empezó la formación doctrinaria de Pequeño a la tierna edad de trece años.
La lectura siempre uno de los actividades y virtudes que Pequeño Dictador consideraba indispensable en su vida. Extrañamente era capaz de leer tanto la paginas de la derecha así como de la izquierda, incluyendo notas al margen. aun más extraño era el hecho de que en los libros de historia sólo parecía leer las página a mano derecha. Era simplemente extravagante la visión histórica de Pequeño a pesar de haber leído más de una veintena de libros de historia de su país. El sesgo histórico era de tal magnitud que no tenia idea de las civilizaciones prehispánicas, no existió nunca la separación entre la iglesia y el estado, la expropiación de recursos naturales o la firma de la declaración universal de los derechos humanos. Para Pequeño Dictador la historia de su país comienza con la expulsión de los moros de la península ibérica, esto a pesar de que él no era ni moro ni ibérico.
La vida política de pequeño comenzó no bien había cumplido los dieciséis años. Su padre lo llevó y presentó con el partido en su sección local. En ese entonces el partido era oposición en su forma más pura ya que no tenia victorias electorales en ningún lugar del país. En esa junta se habló pestes del partido en el poder y de como en esta dictadura perfecta aun había esperanzas y condiciones para que la democracia floreciera. Pero lo más importante era que el partido llegue algún día a a la silla de poder máximo del país. El presidente del capitulo local era un magnifico orador y motivador. Su retórica inspiró a Pequeño y toco su corazoncito cuando dijo: Es completamente posible que alguno de los jóvenes aquí presentes por primera vez, si comienzan su carrera política con el parido y lleguen, dios mediante, a ocupar la silla presidencial. Si y sólo si nosotros, sus mayores, hacemos nuestro trabajo y labramos una brecha fértil en el desierto democrático que es hoy en día nuestro país.
En el presidente terminó su discurso se desató una lluvia de aplausos con toda la audiencia de pié. Fue tal la exaltación de Pequeño que aparte de que miembro masculino se llenó de sangre , se sintió mareado nada más de imaginarse en la silla. Ese día decidió que se uniría al partido y que la silla presidencial seria suya, fuera como hubiera de ser. Se sentó unos momentos por culpa del mareo pero sin parar de aplaudir al orador.

La exaltación de Pequeño Dictador no pasó desapercibida por todos. Ya adentrada la tarde y tomando ventaja de que Don Dictador salió a fumarse un puro, un personaje encorvado, viejo, peludo, apestoso, mañoso y sigilosamente como una serpiente se arrastró a la proximidad de Pequeño sin ser notado por él. Pequeño deglutía canapés uno tras otro sin darse cuenta de que un ser reptiliano y escamoso empezaba a enrocarse alrededor de su cuello. Para cuando se dio cuenta que los bocadillos se le atoraban en el pescuezo ya era demasiado tarde. Entonces la víbora aflojó su apretón para que Pequeño pudiera pasarse ese último bocadillo sin masticar.
No es bueno comer sin masticar. - Siseó la sabandija.
Pausa y Pequeño sintió el frio y pestilente aliento de víbora mientras sacaba su lengua bífida y la sacudía frente a la cara de Pequeño. Curiosamente, Pequeño ni se inmutó. Parecía que la presencia de este ser detestable no le incomodaba. En ese momento la víbora supo que este niño era la persona que había estado esperando toda su vida.
¿Fue Inspirador el discurso, no?
Pequeño asintió.
¿Te gustaría ser presidente y sentarte en la silla presidencial?
Sí, más que nada. - La atención de Pequeño salto de los bocadillos a las palabras de este señor.
Mi nombre es Yunuen Quebrado.
Pequeño se limpió la mano en la bolsa de su pantalón, la extendió y sacudió la cola de la serpiente. Él sintió un buen apretón de una mano callosa. Pequeño era perfectamente capaz de ver el reptil a través del disfraz de ser humano.
Yo soy Pequeño Dictador. Para servirle.
Espero que no sea nada más una cortesía de dientes pa' fuera.
Y fue así que Pequeño se perdió en el discurso de la sabandija, mareado, encantado y confiado.
Al terminar la reunión, Don Dictador se acercó a su hijo y le preguntó que pensaba. Pequeño contestó que esa había sido la noche más importante de su vida. Don Dictador preguntó con un matiz de consternación si había hablado con un tal Yunuen. Pequeño mintió al tiempo que miraba a su padre directamente a los ojos sin titubear. “¡Que bueno!” dijo Don Dictador aliviado.
Ese cabrón es una víbora de cascabel. Nunca le hables ni le hagas caso. - Continuó Don Dictador su jerga zoológica.
Nunca, no te preocupes papi.
Al poco tiempo Yunuen Quebrado fue expulsado del partido por extremista. No sin antes haber amasado una fortuna en reclutas jóvenes. De los cuales Pequeño sobresalía por su sincronía en ideales, forma de pensar y simpatía a personajes sobresalientes de la misma ideología como Francisco Franco, Adolfo Hitler, Profirio Díaz, Nicolás Maquiavelo entre otros. Así Yunuen Quebrado fundó un movimiento clandestino afín a su ideología usando como pantalla a sus nuevo reclutas. Cómo buen hijo del diablo, Yunuen Quebrado nunca postró a Pequeño Dictador como cabecilla del ala extrema, bien sabía que un líder tras otro serían quemados en la hoguera de descontento y desconfianza por el resto del partido. “A éste yo me lo guardo para lo más bueno” decía para Yunuen Quebrado sus adentros.
Para el partido finalmente llego el día de la redención y pusieron a un candidato, electo de manera democrática y sin chanchullos. Desafortunadamente el candidato nunca puso en marcha las reformas políticas y sociales acorde con los ideales del partido. El poder lo embriagó, lo cegó igual que al resto del partido excepto el ala extrema de Yunuen Quebrado. La democracia habría de esperar a que un hombre o mujer de palabra, convicción, desinterés y sin compromisos cambiara al país para bien y para dejar de ser una nación rica llena de gente pobre. Esta fábula no se trata de ese personaje, sino de otro que buscó el poder absoluto y lo encontró salvo que era pequeño, miniatura, una caricatura totalitaria. El grupo clandestino de Yunuen Quebrado era un partido dentro del partido, y siendo un partido diferente todavía no habían puesto a un hombre en el ombligo de la luna. Este era el momento de lanzarse con todo, la mayoría de los hombres de Yunuen Quebrado obtuvieron altos e importantes puestos en el nuevo gobierno gracias a favores, asociaciones y promesas a otras sabandijas, coyotes, sanguijuelas, mapaches, buitres y toda la sección ponzoñosa del bestiario nacional. Los favores prometidos y frecuentemente concedidos siempre eran dinero, poder, impunidad, ojos gordos y teatros montados. Y de eso siempre se podía prometer más.
Finalmente llegó el día de la campaña para la elección a presidente y el peón se convirtió en reina gris. Pequeño Dictador fue nominado como candidato por dos partidos, el oficial y el de Yunuen Quebrado. Bien sabía Pequeño Dictador que el ser candidato del partido oficial no valía para nada, la candidatura de el partido fantasma de Yunen Quebrado era la que contaba. Había llegado la hora de cobrar favores y prometer más de lo mismo pero en grande.
Yunuen Quebrado y Pequeño Dictador sabían que el apoyo nacional que habían comprado no era suficiente. Necesitaban apoyo internacional si las cosas se ponían feas y había que hacer recurso de fuerzas externas. Es así que sin tapujos ni titubeos Pequeño Dictador se comprometió con dos de los tres países que habían cubierto sus armas nacionales de gloria al someter la soberanía de la nación de Pequeño Dictador en el pasado. Excepto que esta vez prometió cubrir de dinero y poder las galeras extranjeras de estos países con la soberanía y riquezas de la nación de Pequeño Dictador hasta el último y más humilde de sus hijos si era necesario.
Tras una campaña que hizo asquearse al más cuino de los dinosaurios y una elección que hasta el último minuto se prometieron los favores grandes la balanza electoral se inclinó prodigiosamente a favor de Pequeño Dictador.
Cuando se hizo oficial el resultado Pequeño Dictador estaba que no cabía en si mismo de felicidad y explotó. A la mañana siguiente Yunuen Quebrado tuvo que volver a armar a Pequeño Dictador pedacito por pedacito hasta que recuperó la compostura.
Había una revuelta de legisladores mancos que no iban a quedarse sentados mientras Yunuen Quebrado y su candidato tomaban la silla presidencial rindiendo protesta como si nada.
¿Y 'hora qué hacemos? - Pregunto nibelungo Pequeño Dictador.
¡Piensa! ¡Chingao! ¿Qué no te enseñé nada? - Alzó Yunuen Quebrado la voz cómo nunca de exasperación.
¿Qué es lo que yo haría en tu caso? - Completó Yunuen Quebrado ya más tranquilo.
Pos, prometer más favores.
¡Eso chingá!
Y fue gracias a más favores que Pequeño Dictador logró rendir protesta y sentarse en la silla presidencial. No bien había terminado la ceremonia mezquina cuando fue solicitado de inmediato por uno de sus acreedores. En el calor del asunto Pequeño Dictador les prometió el regreso de-facto a la época colonial y la instauración de un príncipe como cabeza del estado. Los acreedores no podían creer sus oídos, ellos sólo querían riqueza e involucrarse en anacrónicas empresas coloniales era algo demasiado costoso y a todas luces inaceptable en pleno siglo XXI.
La falta de pompa y circunstancia de la toma de protesta y el cobro inmediato de favores afectó a el nuevo presidente. Pequeño Dictador imaginó que al sentarse en la silla presidencial tendría una erección que no se le bajaría hasta después de seis años. Necesitaba mucho más y algo mejor. Al poco tiempo se sintió traicionado por Yunuen Quebrado. Su moral era erosionada por sus enemigos y la incesable lluvia de favores por pagar en blanco y al portador. En privado culpó a Yunuen Quebrado de que las obligaciones adquiridas durante la campaña lo habían dejado maniatado, un títere de todos y sin apoyo de nadie. Yunuen Quebrado le contestó: “Eres mi puta, y mi puta no habla si yo no le hablo.” Pequeño Dictador lloró desconsoladamente sobre las faldas de su madre. Doña Dictador le aconsejó que buscara refugio en la iglesia. Secando sus sollozos asintió y fue exactamente lo que hizo. Lo único que consolaba a Pequeño Dictador era la lectura de sus favoritos y fue dentro de ellos que encontró la solución a su suplicio. Era tal la admiración a sus próceres privados del siglo XX que decidió emularlos haciendo caso omiso de las circunstancias en que sus vidas habían terminado, de la muerte, desconsuelo y daño que hicieron a su gente. “Al fin y al cabo sólo son indios” - decía Pequeño Dictador con un desdén que sólo alguien ignorante de su propia historia y familia puede tener.
La solución era sencilla de enumerar pero difícil de ejecutar. Cómo muestra de su propia disciplina hizo una lista de acciones y logros para llegar a su meta.
  • Tomar el poder bajo circunstancias sospechosas – Palomita.
  • Aliarse única y exclusivamente por razones de conveniencia propia – Palomita.
  • Pretender ser títere de alguien más para llegar al poder – Palomita.
  • Utilizar lo medios de comunicación masiva para crear una imagen a propia conveniencia de enemigos, amigos y situación del país – Palomita.
  • Traicionar a quien le llevó a poder – Pendiente.
  • Crear un problema gigantesco para justificar políticas draconianas – Pendiente
  • Alinear la cooperación incondicional de los otros poderes de gobierno – Pendiente
Lo primero que Pequeño Dictador hizo fue cambiar a la mala o buena, a sus más cercanos colaboradores impuestos por Yunuen Quebrado por una banda de ineptos del partido oficial. Al poco tiempo tuvo que cambiarlos por otra banda de inútiles de donde fuera.
  • Traicionar a quien le llevó a poder – Palomita.
A base de más favores colocó a peones en todos los poderes y aseguro el apoyo de su partido oficial y el otro partido para hacer pasar todas la leyes que se le vinieran en gana.
  • Alinear la cooperación incondicional de los otros poderes de gobierno – Palomita
Tomando ventaja de un favor a una potencia extranjera, creó una problemón. O al menos eso creyó Pequeño Dictador. No se dio cuenta que era manipulado como lo habían sido sus antecesores, con cuentas de vidrio y montones de dinero. Es así que un buen día soleado de mayo el presidente Dictador declaró la guerra al problemón. Para ganarse el apoyo menguante de el aparato militar sacó a los soldados de sus cuarteles, y los puso a bailar por todo el país. Les dio fuero, aumentos de salario, bonos, se hizo de la vista gorda y hasta él se cambio de vestuario habitual por una gabardina verde olivo, botas negras, gorra de capitán y enseñas colgadas por doquier. Para infortunio de Pequeño Dictador, su megalomania en miniatura pidió mal su propia talla de ropa y terminó con un uniforme militar huango y abombado. Eso no le importó a Pequeño Dictador porque se justificó a si mismo de lo que no le quedaba hoy, lo iba a llenar mañana con grandeza. De tour con los militares, más de una vez se subió a un tanque, avión o buque de guerra. Cuando se subía a esos aparatos y sólo dentro de ellos finalmente lograba que su miembro viril se erigiera. Se sentía poderoso y respetado. Se ponía tan feliz y contento que no quería bajarse de esos aparatos.
Pequeño Dictador continuó con su lista.
  • Crear un problema gigantesco para justificar políticas draconianas – Palomita
  • Ganarse el respeto y apoyo incondicional del aparto militar – Palomita
  • Desarmar los mecanismos de protección civil – Palomita
  • Vestirse todo los días de uniforme militar – Palomita
Durante la gira al país Pequeño Dictador se dio cuenta de algo que lo preocupó. El tamaño del país era enorme. Más grande de lo que él creía, de hecho inmenso. Siempre había pensado que la residencia presidencial quedaba a no más de tres cuadras de la casa de sus padres y que el resto del país no se extendía a mas de treinta kilómetros del limite de su pueblo natal. Le dio miedo y temor la escala de lo que pretendía hacer, así que decidió que en términos reales, al menos de su realidad, de ahora en adelante cuando se refería al país significaría su pueblo natal y los treinta kilómetros circundantes. Fue así como finalmente Pequeño Dictador logró tener paz de conciencia y dejo de cumplir favores. Excepto a un grupo de personas.
  • Dar apariencia de conservador, religioso y poner el bienestar de la familia por delate de todo – Palomita
  • Apelar a la ignorancia del pueblo. Hacer que la ignorancia y el dogma se convierta en la nueva educación – Palomita
  • Pasar por alto el respeto a los derechos humanos – Palomita
Obviamente una visión tan estrecha y la garrafal separación con la realidad de el resto del mundo causó fricciones. Pero en su mundo, Pequeño Dictador era amado, temido y respetado. Eventualmente el problemón se salio de control. Pequeño dictador necesitaba una distracción y se las ingenió para exagerar un salpullido y convertirlo en una pandemia de tales proporciones que las reservas estratégicas de pomada se vieron severamente diezmadas. Al tiempo que Pequeño Dictador cerró la única fábrica de pomada del país. El efecto económico fue magnificado cuando todos los banqueros extranjeros se acercaron a la caja a cobrar sus cheques porque al mismo tiempo en otro país se decidió que era buena idea que los banqueros tomaran el control de las reservas de pomada y junto la auto impuesta cuarentena sufrió el país una hambruna. Pequeño Dictador pensó que él podría darle la vuelta pidiendo pomada a los demás países, pero ninguno osaba con darle la mano ni con guante debido a la histeria del salpullido.
  • Crear una situación económica terrible – Palomita
  • Aislar al país del mundo – Palomita
  • Rescatar al país de la quiebra y dar la imagen de prosperidad – Pendiente
Pequeño Dictador hizo uso de los mismos viejos conocidos para pinta una realidad alternativa por los medios de comunicación masiva. Convocó a una reunión en un lugar muy raro todo lleno de nopales, donde los viejos rabo verdes dueños de los medios de comunicación de comprometieron a sólo dar noticias buenas y censurar todo lo que oliera al culo del Pequeño Dictador. Estos viejos desempolvaron una maquinita que por un lado entraba la realidad y por otro lado excretaba una realidad alternativa en forma de guiones para los presentadores de noticias en la televisión y editoriales para los medios impresos a cambio de un cinco de plata por cada 6 palabras. La maquinita de propaganda y mentiras funcionó de maravilla por varios años hasta que la avaricia de esta maquinita hizo que se vieran encontrados los intereses de los viejos rabo verdes que las operaban y que estaban compitiendo por las almas y mentes, ojos, oídos y bocas del pueblo. En ese momento los viejos rabo verdes, viendo que los favores que se les daban a unos se les daban a otros, nomas no veía claro decidieron y volverse en contra su aliado. “Si este nudo yo lo hice, lo puedo deshacer” - le dijeron. A Pequeño Dictador no le gustó el tono de la conversación y comenzó a repartir favores con la otra cara de su mano. Hizo una ley que prohibió hablar a los viejos rabo verdes que tenían orejas y escuchar a los que tenían boca a sabiendas de que los viejos rabo verdes por su propia avaricia nunca cooperarían el uno con el otro. Pequeño Dictador aplicó esa misma estrategia de poner unos en contra de otros para debilitar a la oposición política resultando en parálisis y dejandole la vía libre para seguir haciendo su voluntad.
  • Aparentar el rescate al país de la quiebra y dar la imagen de prosperidad – Palomita
  • Dividir y conquistar a los enemigos – Palomita
Y la lista siguió creciendo muy para infortunio del resto de nosotros. Pequeño Dictador usó los mismos impulsos de avaricia, impunidad y descontrol en contra de aquellos que se oponían.
  • Amarrar navajas entre los traidores. Divide y vencerás – Palomita
Más rápida y furiosamente de lo que Pequeño Dictador esperaba, llegó el tiempo de expiración de su licencia de presidente. El problema es que según las leyes vigentes, no podía reelegirse como presidente así nomas. Había que hacer méritos meta constitucionales. Tan ocupado estaba Pequeño Dictador amarrando navajas y esferas de navidad que el otro partido y la maquinita le pusieron un cuatro. Armados de favores de impunidad y dinero, el otro partido junto con la maquinita nominaron a el otro candidato a presidente con casi dos años de anticipación. Le hicieron una alfombra roja de los hilos verde olivo que el uniforme de Pequeño Dictador había desprendido. Pequeño Dictador sintió frío. El otro candidato no sólo tiraba rostro, según la maquinita, sino que estaba a la altura intelectual de Pequeño Dictador, salvo que no sabía leer ni escribir. “Uta, si aprende a leer y a escribir, estoy frito” - pensó Pequeño Dictador.
  • Cuando todo lo anterior falle, recurrir a la violencia – Palomita
  • Que toda la violencia sea minimizada en papel, maximizada en sangre – Palomita
De inmediato puso manos a la obra y cambio el lema de la guerra contra el problemón a la estrategia mamífera del problemón. Y observó con horror como nadie se chupó el dedo. Y la cambió otra vez a el problemón y dos nacos se van de vacaciones.
  • No hay mejor estrategia que la que no se puede entender por nadie – Palomita
  • Matar y desaparecer a opositores haciéndolos parecer victimas del problemón – Palomita
En nada le preocupaba que su propio partido no pudiera ni juntar suficiente paja para poner a un espantapájaros de candidato. Resintió que su alianza con el grupo de Yunuen Quebrado yaciese tres metros bajo tierra en la misma tumba que éste. Y para asegurarse de que nadie le prestara ni un cinco de ayuda a Pequeño Dictador, Yunuen Quebrado inscribió en su tumba “Chin chin él que raje y se alíe con Pequeño Dictador”. Para acabarla de amolar, su archinémesis, él que casi le ganó la presidencia la vez anterior, estaba otra vez en el ruedo. “No hay bronca, esta piedrota que tengo alcanza para todos los pericos que se me pongan enfrente” - pensó Pequeño Dictador con optimismo.
Su único aliado era el crimen y el ejército. De el crimen no había que prestar favor, todo lo hacían de a gratis. Nada más había que picarle al avispero una y otra vez, como ya bien sabía hacerlo. El ejercito era leal, pero no pendejo así que una y otra vez hizo maroma y salto para congraciarse con ellos y ganar su favor lo más barato posible haciendo palanca de sus últimos favores a personajes obscuros y grises.
  • La provocación es el mejor estímulo – Palomita
Llego el día de la grande, como le llaman los grandes a la elección presidencial. Lo que menos importa para este relato es quien ganó. Pequeño Dictador se ganó el favor del pueblo meses antes con una visita divina que ni caída del cielo. Así que cuando dijo que el crimen y clima de violencia que él mismo provoco no permitieron elecciones democráticas, el pueblo ni se inmuto ni se extraño. Pequeño Dictador anunció que estaban anuladas se llevarían a cabo nuevas elecciones en nueve meses en lo él maquinaba una nueva estratagema de araña para seguir en el poder. Los observadores internacionales no pudieron sino coincidir que el clima de violencia que Pequeño Dictador había orquestado no había permitido unas elecciones limpias y lo más recomendable era repetirlas. Pequeño Dictador acató la recomendación no sin antes asegurarse de que no habría tal cosa como alguien más presidente interino bajo pretexto de conservar el buen rumbo, estabilidad y continuidad de la nación. O en sus propias palabras “No habrá nunca tal cosa como presidencia vitalicia, se los puedo asegurar.”
  • Confunde a tus enemigos pretendiendo ser lo que no eres, hacer lo que no vas a hacer. – Palomita
  • El mentir es un oprobio si se hace sin conocimiento de causa – Palomita
Después de nueve meses a la fecha de la grande, se hizo otra elección. Y se anuló. Y luego otra y otra. Y se anuló y se anuló. Hasta que llego el momento en que sin darse cuenta se convirtió en el proceso más eficiente y predecible que la nación nunca haya experimentado.
  • Aferrarse al poder hasta la muerte – Palomita
Y poco a poquito, Pequeño Dictador fue creciendo. Maña tras maña, favor tras favor su país y el pueblo se fue empequeñeciendo hasta ser sólo una nota al margen izquierdo de la biografía de Pequeño Dictador. Su lista de acciones siguió creciendo. Lo que nunca cambió fue su objetivo de crear un reinado que duraría mil años de gente pura, obediente y trabajadora. Que él a su muerte heredaría la riendas de tan majestuosa nación al margen de una hoja a uno de sus hijos, o a un primo que le cayera bien bajo el auspicio de un príncipe que personificaría los valores nacionales y representaría en el extranjero estos valores. Se haría a su memoria un grandioso monumento paralelo a las pirámides egipcias, enterrado con todos sus enemigos muertos, y se le consagraría cómo salvador de la única iglesia pura y verdadera en su país, como ejemplo a seguir en el continente.
Y es así que termina esta fábula de un país de ciegos que estaban convencidos de ser mudos por una dinastía de reyes ciegos que decían ser tuertos.

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